martes, 31 de diciembre de 2024

2024.-

Me atrevería a decir que empezaste en buen pie. En un entorno que te dio la bienvenida con amor y música. Con un sistema de apoyo que, en todo tu transcurso, ha dejado el sentir de familia.  

Desde el inicio, fuiste planificado. Incluso en tu futuro, ya estabas predeterminado. Y gracias a esa agenda calculada, nos dejas un regalo constituido de primeras veces. De descubrir nuevas ciudades, recorrer rincones en botas y transitar andenes desconocidos. Me llevaste a palpar con mis ojos la historia y me brindaste el recuentro de abrazos pendientes.

Nos concediste la oportunidad de expandir las alas de nuestros luceros, para poco a poco, enseñarles que la vida es posible adaptarla a muchos lugares. Y en esa misma lección, me permitiste cosechar confianza, no solo en manos externas, también en fomentar la certeza propia de que hay decisiones correctas.

En tu mitad, me llevaste al concreto de mi felicidad. Esas calles y personas que vuelvo y vuelvo, y siempre son hogar.  Y ese patrón que me permite siempre retornar, lo abrazo en gratitud. Lo acojo como motivación para que se vuelva indefinido. Lo reconozco con una suerte excepcional que no debe darse por sentado.

En uno de tus picos más altos de plenitud y alegría, tu rumbo encontró una curva. De un momento a otro, vino un descenso disfrazado a su opuesto. Te convertiste en un laberinto, donde por primera vez en mucho tiempo, el trayecto no hacia sentido… o al menos, asi se sentía.

En un intervalo que parecía infinito, se cuestionaron preguntas sin respuestas. Las dudas arroparon innumerables sí que disputaba si mejor hubiesen sido no.

Pero hay algo importante que resaltar. Y es que incluso los laberintos tienen instrucciones si te das la oportunidad de investigar. En ese manual invisible para afrontar el desafío, cuentan expertos que mantener la calma es esencial. Hay que caminar el trayecto buscando la luz y eventualmente sales del túnel desconocido.

Llegué al final de tu encrucijada escondida 2024, cuando por momentos, ni siquiera yo misma me creí capaz. Fue logrado con un respaldo multifuncional. Desde la sabiduría de quien transita su vida descubriendo los continentes a través de un mapa que refleja lo mucho que tenemos por explorar. Hasta el destello inocente que, a través de una ventana, peina a la vida con su dulzura, mientras tira besos a la luna.

Me dejas con mi contraparte estrenando un cuarto escalón. Un diploma rojo carmesí más allá de lo soñado y una etapa que se cierra en distintas formas.

Tu carta de despedida no es más que tu último regalo a mi persona. Un lienzo en blanco para volver a empezar. A diferencia de lo que anticipamos en tu calendario, tu reciprocidad hoy me arropa dulcemente para acordarme que el próximo capítulo, se escribirá sencillamente mientras se desarrolla.

Contigo no solo el mundo concluye una generación para que nazca otra. En lo particular, voy en ronda a una categoría en la que solo pido salud, y la bendición de continuar dando lo mejor para el otoño y los veranos eternos que forman mi corazón.

Gracias por tu dia extra. Por permitirme ser testimonio del eclipse que adornó tu travesía. Por las sorpresas logradas. Por las buenas noticias que sirvieron de ancla para seguir. Por los días de descanso y las fiestas que se colaron en tus horas.

Principalmente, gracias por recordarme que hay crisis que se pueden convertir en oportunidades.

Hoy y siempre, a seguir encontrando motivos para sacar la ropa de brillo a pasear.

Agarrada de la fe y mis ángeles, feliz 2025.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Cucuti.-

Mi oda a quien siempre me alzó a ser mi mejor versión. A la que a pesar de que la despedí en la tierra hace más 3 años, la lloro, quiero y extraño por el resto de mi camino. 

Que siempre te sienta y nos queramos en presente. 

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Te tuve que decir adiós, Cucuti. Expresarlo al resto significaba hacerlo más real y todos estos días una parte de mi se ha negado aceptar mi vida sin tenerte. Por eso la demora de dejarte unas palabras. Porque duele mucho que sean para despedirte. 

En medio de la tristeza, también veo alegría y un agradecimiento inmenso. Quien personificó el significado de abuela por excelencia, tengo la dicha de ser su nieta. Pero Cucuti fue más que eso para mí. Estuvo conmigo desde que llegué a la vida. Mientras mami estaba en recuperación, abuela me sostuvo en sus brazos toda la noche en la que nací. Desde ese momento siempre fue un ancla de mi camino en la cual podía apoyarme. 

Fue mi amiga y compañera. Mi comprensión. Con quien podía ir tomar un helado, compartir un almuerzo, disfrutar el cine, ir al teatro o irnos de compra. Todo esto en cualquier etapa de nuestras vidas, ya sea cuando fui niña o como adulta. Me enseñó a patinar y a montar bicicleta. Quien me llevaba y buscaba a mis clases de flamenco. Mientras crecía, me ayudaba a practicar mi ortografía en inglés, español y hasta francés. 

Gran responsable de mi amor a Dios y ejemplo de fe. Me decía que, en los momentos de ofusque, siempre buscara la alabanza. Casi 36 años después, y esta pericia sigue siendo una luz en momentos de angustias… sobre todo en estos últimos días. 

Y es que eso es lo mucho que me regalaste, abuela. Que tú sigues conmigo en cada gracias Omnipotente. En las mentas de anís, los turrones y la música de Gloria Estefan. En tu orgullo cubano y tu gratitud a República Dominicana por acogernos. En hojear un menú empezando por los postres. En agradecer los abrazos que damos y recibimos porque son combustibles para nuestras almas. En cada crucigrama que encuentre en las revistas y periódicos. En cada paseo a un parque que haga con mis hijos, y en las veces que espero poder enseñarles a jugar Parchís, Jacks y Damas Chinas. 

Cucuti se fue de esta tierra en paz y sabiendo el amor que le rodeaba. Fue en una noche que la luna adornaba el cielo de una forma tan hermosa, que tan solo me hace pensar que fue la bienvenida perfecta para ella. 

Se fue en una fecha que numéricamente, ya desde antes representa un adiós para nosotros. Pero como en todo siempre hay que tratar de distinguir lo bonito, fue también en el día que se celebra el chocolate, un placer que le caracterizaba. Preciso y acorde como tanto Cucuti merece. 

Con su ida, yo cierro una fase terrenal que es de los regalos más valiosos que me representan: la dicha de crecer disfrutando y amando a mis 4 abuelos. Y ese tesoro es mi consuelo y bendición para el resto de mis días. Que su luz siempre sepa guiarme. Te quiero para siempre, Cucuti. Vuela alto y feliz junto a un coro de pajaritos.

Septiembre 2021

domingo, 31 de diciembre de 2023

Veintitrés

“The last day of 2023 is a Sunday, which means new day, new week, new month, new year. New everything. The ultimate reset.” 

La frase que inicia esta despedida es una conclusión popular que actualmente se encuentra en las redes sociales. Por la naturaleza de estos días en los que todos vamos cerrando el ciclo, surge esta particular perspectiva con la cual conecté. Un empezar en su máximo esplendor. 

Escribir sobre el 2023 me ha costado. Lo que normalmente implica ir dejando retazos de ideas y experiencias para tener en cuenta al momento de llegar al desenlace, este año me tomó con el lienzo en blanco.

No porque el espacio lo haya sido en su totalidad. Sino porque ha sido un tiempo de muchos silencios en medio del ruido cotidiano. 

Una reserva presente entre actividades, sorpresas, reuniones para el alma y celebraciones en distintos puntos geográficos. Uno que otro de reconocimientos a nivel profesional, más varios retos completados. Algunos desafíos médicos, agua salada, castillos de colores y una adicionada puerta roja que da la bienvenida a mi santuario. 

Entre tanto, una pausa discreta en la que no necesariamente significa alejarse de las alegrías y el agradecimiento, pero apreciarles desde tu esquina de sosiego. 

Ese estado de ‘estar’ sin muchas veces ‘ser’, es resultado de convivir de la mano del duelo. Siempre le sientes, pero no detiene el seguir. Ya sea por las responsabilidades y compromisos que concurren. O porque es la única opción del trayecto: continuar. 

Definitivamente relaciono estos meses con un recogimiento. En el que, por muchos días, sin esperarlo, luchas con encontrar con el empuje adecuado para arrancar. 

Es así como vuelvo con otra frase que también llegó a mí y trajo paz: “No se necesita un permiso para desaparecer del entorno. Solo asegúrate que el regreso incluya algo de magia y volverás a emerger”. 

Qué bonita es esa palabra clave de “magia”. De mis favoritas, después de la inimitable “Gracias”. 

La magia es un encanto ante tantas posibilidades. Desde serlo hasta crearlo para otros. La ves a través de milagros de vida a tu alrededor. Renace cuando tu propio dolor es la guía de sanar a otros. La sientes a través de chispas de lágrimas, y también de alegría en cada hito de tus hijos. 

La abrazas en cada momento vivido que atesoras y en los que especialmente solo puedes revivir en sueños. 

Será en base a eso, que la tomo como parte de este cierre. Para que cuando ni yo misma me acuerde de que existe, la magia me encuentre a mí. 

2023 y su último día. Tiene la secuencia especial de lo que suelen llamar un número ángel. Y puede que, porque mis circunstancias me encuentran con la sensibilidad alta, yo otorgue la bonita coincidencia de la fecha exclusiva del siglo, como un regalo del cielo. De esos que me acompañan mientras les extraño.

Que hoy, todos logremos cerrar el capítulo con paz. Los que tienen muchas alegrías que agradecer, lo hagan en exceso. Los que todavía estén en búsqueda de una brújula para guiar su Norte, que sea agarrados de la fe. Los que les cueste encontrar fuerzas, que la nobleza a su alrededor les abrace. 

Anhelándote no un nuevo comienzo. Mejor una evolución a tu tiempo. Y que la misma, sea mágica. 

Time to reset. Hope you can. 💖

                               

martes, 7 de marzo de 2023

A 5 meses sin ti...

...me atrevo a compartir lo que pude escribir cuando me tocó decirte adiós. 

Estar aquí sobrellevando este momento sigue siendo surreal. Pero estar aquí para celebrar tu vida, es lo más coherente que podemos hacer, y que mereces. Si hablamos de merecer, hay muchas cosas que me cuestiono y no sé si en algún momento vaya a encontrarle explicación. Quisiera haberte podido evitar tanto dolor y desafíos, pero fue la forma que también nos demostraste lo valiente y fuerte que siempre fuiste. La persona más luchadora que he tenido la dicha de conocer.

Tu amor fue tan grande, que incluso ni en tus peores momentos, quisiste asustarnos. Toleraste en silencio para no hacernos sufrir, - cuando los que estábamos a tu alrededor, quien no queríamos que sufrieras eras tú. Eso es amor. Y tú has sido la protagonista de un amor bonito, lleno de ocurrencias que ahora quedan en cada de uno de nosotros. 

Nuestra hermana Marylén - que no le gustaba mucho que la llamaran por su nombre - (siempre prefirió que le dijesen “Ñañi”) - era la chispa de nuestra familia. Nos hacía reír con sus payasadas. Siempre estaba pensando en si alguien necesitaba ayuda y aunque, sin ella quizás tener la solución, eso no la frenaba de buscar la forma de cooperar.  

Su amor te lo hacía saber en esa primera llamada de la mañana. En cualquier ayuda que se necesitara para las invitaciones y las decoraciones de los cumpleaños, o cualquiera otra celebración. Su gusto era exquisito y elegante. Era también, la mejor para aconsejarte cual medicina tomar ante un caso de salud. 

Si le decías que te gustaba algo solo por hacer conversación, ella ya lo tenía ordenado por Internet, y daba seguimiento hasta que lo recibieras. Amaba comprar, lo necesario y lo no necesario. Y disfrutaba todo el proceso. De encontrarlo, de comprarlo y esperarlo. 

En estos días que solo puedo denominarlos bajo el término “procesando”, te quiero honrar por todos los roles que son también, los diferentes espejos en que te despedimos. Hija, hermana, sobrina, prima, madre, esposa, amiga. En todos teniendo el referente común de ser incondicional. 

Quiero que sepas que sigues aquí. Te continuaremos viendo a través de la inocencia de Gabriel. En la mirada de Adrián. En la picardía y ocurrencias de María Fernanda. 

Como mencionado a nuestros niños, nos dejaras saber que estas bien a través de los arcoíris, la luna y las estrellas. Me repito a mí misma como consuelo, que el club de bienvenida por el que fuiste recibida es genuinamente magistral. Y aunque aquí en la tierra quedamos incompletos, quienes estan a tu lado en el camino celestial, son sin duda una compañía insuperable. 

No quiero dejar de expresar unas palabras a tu esposo, Janiery. Eres un gran ejemplo del voto matrimonial de en la salud y en la enfermedad. Gracias por entregarte por completo. Si en algo podemos tener paz, es que fue plenamente feliz a tu lado. Desde el inicio hasta el final.  

A papi y mami, no me dan las palabras para poder aliviar este vacío, pero no puedo dejar de agradecer lo afortunados que somos de haberla tenido. Que todo lo que ella nos deja, sea ahora nuestra fortaleza para seguir. Los amamos y seguiré pidiendo que siempre la puedan sentir con ustedes. 

Una de mis frases favoritas, es la que lee lo especial que son las estrellas fugaces. Aquellas maravillosas luces que pasan rápido, pero mientras están, iluminan todo a su alrededor. 

Ñañi, gracias por ser nuestra espectacular estrella fugaz. Tenerte como hermana ha sido un regalo. Siempre seremos 4. Siempre seremos 6. Te amo por siempre y para siempre. 


sábado, 31 de diciembre de 2022

El más difícil de todos.-


El que más he querido evitar.

El que todavía no puedo procesar. 

En el que nos ha tocado entender y aceptar. 


El más difícil de reconocer que acaba, y que tú te quedas en el. 


Difícil de explicar. Difícil de expresar. Difícil de entender que te seguiremos viendo, sólo que no es en la forma que queremos. 


Difícil escribir sin saber con certeza, que mi oda llega a tu reposo. 


Ojalá poder hacer un rencuentro largo del 2022. Ojalá sus alegrías sumaran más que las tristezas. Ojalá despertar y encontrarle lógica. 


Pero no estoy ahí. Todavía.


Sí espero volver a poder sonreír sin que dentro sienta que me falta el aire. Sí espero el momento en que camine y mi alma esté fortalecida… Y creo firmemente con fe en esa esperanza.


Porque veo esa ilusión en la bondad en la que hemos sido acogidos a nuestro alrededor. Porque es medicina para mi corazón los abrazos de mis hijos. 

Por la magia confinada en los te quiero dichos y recibidos. 


Algún día. En algún momento quizás, pueda que encuentre palabras que hagan más sentido.


Pero si algo me ha dejado el par de dos, es dejar fluir al tiempo. Ir un día a la vez. No por semana, menos por por mes. Y cuando ni el día es predecible, una hora a la vez. Un minuto a la vez. Un ratito a la vez. 


Tan preciso a su numerología el 2022, que fue un claro espejo de lo que puede ser la dualidad de la vida. Mientras sobrepasas oscuridad, la luz brilla desde otra perspectiva e ilumina el camino de tu alrededor. 


Es entonces donde empiezas a tomar en pequeños sorbos, las posibilidades de algo parecido a felicidad. Y con ese gesto de bienestar en otros, abrazas las ganas de caminar hacia adelante. A tu paso, a tu término. Y dejando discurrir el remolino de emociones.


¿Qué espero en el nuevo año? Seguir escalando el trayecto de comprender que el cuerpo es nuestro transporte, no nuestra esencia. Que hay belleza hasta en el duelo, por ser la forma de simbolizar amor ausente. 


Poder continuar sudando mis lágrimas y limpiar con generosidad las de quien lo necesite. 


Deseo seguir encontrando hilos en Twitter que me permiten discernir el pensamiento, o hasta en algunas ocasiones, sentirme representada en testimonios. 


Aspiro a agradecer la mejor de todas las prosperidades. Aquellas que denomino como bendiciones escondidas. Ellas siempre están, es saber encontrarlas.


Mi mejor ejemplo es el 2022 propio. Que dentro su adversidad, trajo el fenómeno 2.22.22. También conocido como “Twosday”, el cual adicional de haber sido un Martes (Tuesday), había sólo acontecido un milenio atrás. Ya más nunca volverá a suceder. Pero resulta ser que tú, quién me lees, y yo, tuvimos la dicha de vivirlo. 


Eso pido y te deseo. Que encuentres luz. Que la paz te agarre de las manos. Y que valores las ganas y salud de estar aquí. 


Te vas y una parte de mi te dejará ir, año complejo. Pero hay otra, la más importante, en que siempre te quedarás conmigo. Porque donde ella estuvo, me aferraré. Hasta la eternidad. 



lunes, 4 de abril de 2022

"Mientras tú creías que yo no estaba mirando, yo vi que: 

Pegaste con un imán mi dibujo al refrigerador, por eso de inmediato quise hacer otro.

Le diste de comer a un gatito sin hogar, entonces entendí que a los animales hay que tratarlos con amor y respeto.

Preparaste mi pastel favorito especialmente para mí, así me di cuenta que los pequeños detalles ocultan mucho sentido.

Fuiste a visitar a tu amigo enfermo, y entonces entendí que las personas deben cuidarse mutuamente.

No niegas la ayuda a los necesitados, y comprendí que si tienes tiempo y dinero, hay que ayudar a aquellos que no lo tienen.

Tratas con mucho cuidado nuestra casa y a todos los que vivimos aquí, y entendí que cada persona debe cuidar lo que tiene y lo que quiere. Incluso cuando te sientes mal, continúas cumpliendo con tus obligaciones, y me di cuenta de lo que significa la responsabilidad.

A veces no pudiste contener las lágrimas, y entendí que en la vida hay tristeza y dolor, y llorar es normal.

Nunca dejas de cuidar de mí, y yo quise cumplir todas tus expectativas y hacer todo lo posible para que te sientas orgulloso de mí.

Mientras tú creías que yo no estaba mirando, aprendía de ti la vida. Tomé tu ejemplo y traté de ser como tú.

En lo más profundo de mi alma estaba un pequeño adulto que se decía a sí mismo: “Queridos padres, gracias por todo lo que he visto mientras creían que yo no estaba mirando.”

Fuente: Naran Xadul 

jueves, 30 de diciembre de 2021

And I choose THEM.

 "All he sees is me.


Not a body.

Not a spider vein.

Not a number on the scale.

Not a belly.

Not a hernia.

Not a stretch mark.

Not a varicose vein.


All he sees is me.


A root of joy.

A familiar voice.

A face of delight.

A landing spot.

A source of sustenance.

A safe place.

A home.


You may see something else.

Sometimes, I do too.


But I get to chose my story.

I get to choose my lens.

I get to choose my narrative.


And I choose his."


 

Bienvenido a mi burbuja ¿Traes contigo una aguja?