Y se fue el 2008.
Al estar a menos de veinte y cuatro horas para despedir el año con el dígito infinito (y dar bienvenida a aquel que simboliza los tres mundos) es común ponerse a meditar y echar un vistazo a los fugaces 365 días que se marchan en el tren.
En mi caso, empecé este año con varios caminos desconocidos por recorrer. La aventura fue sin brújula o mapa que me indicaran la dirección correcta.
En el proceso, me tropecé con todo tipo de baches.
Ilusiones, decepciones, reproches… disparejas cantidades de aventuras (experiencias) que se resumen en lecciones… aquellas enseñanzas que sencillamente me correspondían cursar en el periodo del 2008.
No fue un año fácil. No fue mi favorito pero sí fue diferente, y ese factor, se lo reconozco.
Lo más bonito de todo el contexto es que fortuitamente cumplí las metas que me tracé desde el primer instante de ese martes primero de enero que daba inicio al que es ahora, un conclusivo año bisiesto.
Hice grandes amigos y forje escenarios de individuos disfrazados de adversarios.
Agregué muchas lágrimas a mi pañuelo de despedidas.
Aumenté de modo positivo mi CV como más importante aún, reforcé el amor que siento por mi carrera. Aprendí a defenderla, a valorarla, a entenderla.
A saber que en la vida, nada es fácil si realmente mantiene un significado.
Hoy, en este último día del 2008; En este último post de burbuja, tomo el alfiler y miro hacia el reloj hasta esperar que se marquen las doce y punzar delicadamente la pompa espumosa de una ronda en pañales que representa nuevas oportunidades para seguir adelante. Trazándote metas, alcanzando tus sueños, creyendo en un nuevo camino de esperanza.
Si fue un año malo… sé feliz con que finaliza.
Si fue un año bueno… sé feliz que la ocasión se amplía.
No matter what, trata siempre de ser feliz. La vida es muy corta, el mejor ejemplo lo pauta la fecha de agenda.
Gracias por un año distinto. Gracias por leerme. Gracias por el 2008.
Feliz 2009.
Al estar a menos de veinte y cuatro horas para despedir el año con el dígito infinito (y dar bienvenida a aquel que simboliza los tres mundos) es común ponerse a meditar y echar un vistazo a los fugaces 365 días que se marchan en el tren.
En mi caso, empecé este año con varios caminos desconocidos por recorrer. La aventura fue sin brújula o mapa que me indicaran la dirección correcta.
En el proceso, me tropecé con todo tipo de baches.
Ilusiones, decepciones, reproches… disparejas cantidades de aventuras (experiencias) que se resumen en lecciones… aquellas enseñanzas que sencillamente me correspondían cursar en el periodo del 2008.
No fue un año fácil. No fue mi favorito pero sí fue diferente, y ese factor, se lo reconozco.
Lo más bonito de todo el contexto es que fortuitamente cumplí las metas que me tracé desde el primer instante de ese martes primero de enero que daba inicio al que es ahora, un conclusivo año bisiesto.
Hice grandes amigos y forje escenarios de individuos disfrazados de adversarios.
Agregué muchas lágrimas a mi pañuelo de despedidas.
Aumenté de modo positivo mi CV como más importante aún, reforcé el amor que siento por mi carrera. Aprendí a defenderla, a valorarla, a entenderla.
A saber que en la vida, nada es fácil si realmente mantiene un significado.
Hoy, en este último día del 2008; En este último post de burbuja, tomo el alfiler y miro hacia el reloj hasta esperar que se marquen las doce y punzar delicadamente la pompa espumosa de una ronda en pañales que representa nuevas oportunidades para seguir adelante. Trazándote metas, alcanzando tus sueños, creyendo en un nuevo camino de esperanza.
Si fue un año malo… sé feliz con que finaliza.
Si fue un año bueno… sé feliz que la ocasión se amplía.
No matter what, trata siempre de ser feliz. La vida es muy corta, el mejor ejemplo lo pauta la fecha de agenda.
Gracias por un año distinto. Gracias por leerme. Gracias por el 2008.
Feliz 2009.
" We will open the book. Its pages are blank. We are going to put words on them ourselves. The book is called Opportunity and its first chapter is New Year's Day ".
Edith Lovejoy Pierce 
