jueves, 30 de diciembre de 2021

And I choose THEM.

 "All he sees is me.

Not a body.
Not a spider vein.
Not a number on the scale.
Not a belly.
Not a hernia.
Not a stretch mark.
Not a varicose vein.

All he sees is me.

A root of joy.
A familiar voice.
A face of delight.
A landing spot.
A source of sustenance.
A safe place.
A home.

You may see something else.
Sometimes, I do too.

But I get to chose my story.
I get to choose my lens.
I get to choose my narrative.

And I choose his."

 

2021.-

 “Tu cuerpo sanará. Tu mente también lo hará. Tu alma se reparará a sí misma y la felicidad volverá a tu vida. Los tiempos malos vinieron a enseñarte algo, no a quedarse.”

Saludamos el 2021 por primera vez un viernes. Ha sido tan lineal, que el año se despide repitiendo el mismo día que le estrenamos. Me pregunto si está al tanto de lo mucho que fue esperado. De las expectativas tan altas y la ilusión casi forzada que cada ser humano sembró en el año del Buey. 

Si vamos a lo justo, este año tenía la mitad de la batalla ganada por tan solo competir con su precedente. Después de todo, ¿Qué más podría pasar?... Fue asi que el 2021 nos invitó sin avisarnos, a un parque de atracciones. Nos puso el cinturón de seguridad y nos lanzó a lo inesperado. 

Mi primera caída fue en pleno invierno. A raíz de la fuerza viral que controló a muchas familias en su momento. Fue una despedida sin adiós, que hoy en día todavía lucho con asimilar. Surreal es una buena forma de expresarlo si debo de llevarlo a palabras. Triste y algo injusto también. Me queda la dicha que quién ya hoy no está con nosotros, la imagino en buena compañía. En la mejor y más compresible de todas. 

Una vuelta que esperaba con demasiadas ansias fue el inicio de sanar. De tener en nuestras manos un primer paso para dejar atrás el camino incierto que nos tocó vivir en meses anteriores. Particularmente, ha sido un escudo que he recibido en total alegría y agradecimiento. Me ha permitido tener un soplo de respiro y tranquilidad. Creo que nos ha posibilitado a todos en conjunto. A volver a un renovado estado de lo que conocíamos como normal. Nunca igual que antes, pero si dando unos primeros pasos. Hemos vuelto a compartir en persona, a visitar lugares especiales para cada uno, a mayores actividades recreativas. Y hasta en ocasiones dar abrazos tímidos, o algunos muy fuertes con los que soñamos por muchos meses. 

Mi proceso de sanación se extendió a muchos otros aspectos importantes. Desde enfrentar realidades y aceptarlas, para dar paso al cambio. Y si algo puedo ser testimonio, es que cambiar va más allá de transfórmanos. Es una tarea constante, en la que unos días será más fácil. Y otros, necesitarás apoyo. Y ese sentimiento de protección tiene tantas formas de acogernos. Va desde un mensaje, a una llamada, a una consulta de terapia o a un desahogo propio en letras que lo que importa es que hagan sentido para ti. 

Sobre la marcha puedo decir que en la actualidad he aprendido que no vamos nunca a dejar de sanar. Si buscamos, siempre vamos a tener algo que podemos mejorar. Ya sea tu posición laboral, tus metas, tu estado emocional o el vacío que dejan quienes ya no están. Oportunidad para aceptar nuestros fallos la tenemos diariamente. El reto es tener la virtud de enfrentarles y trabajar para vivir hasta sentirnos cómodos. 

Hoy que te digo adiós año saliente, te dejo sobrellevando nuevos retos profesionales a los que añoro seguir sumando logros. Te agradezco el viaje mágico a tierras lejanas donde fuimos bienvenidos por amigos y nuevas culturas, marcando el sueño cumplido de conocer el mayor de los continentes.  

Te vas, con dos ángeles más ganados en el cielo. Este último todavía muy reciente y de las partidas que más temí que llegara durante toda mi vida. La sigo sintiendo en los días de música y en la dulzura de mis hijos. Agradezco tan profundamente que su última fase en la tierra se cruzó con el inicio del caminar de mis dos luceros. Fue suficiente para saber que su nobleza fue plantada en sus corazones. Que con suerte y lo mucho que trataré de inculcarles, ella florecerá nuevamente a través de las nuevas generaciones. Que seguiré mirando al cielo, y viendo todas las estrellas que me guían, me protegen e iluminan mis días oscuros. 

Que fugaz e intermitente te sentiste en ocasiones, 2021. Has sido una época de reinventarnos. De aceptar que no volveremos a la vida de antes. Que el futuro todavía es abstracto. Y que está bien que haya un antes y después de la pandemia. Si algo nos ha enseñado un periodo que se ha hecho tan largo siendo incierto, es que controlamos muy poco. Y lo que tenemos es que agradecer cada momento y esperar entender su propósito con el tiempo. 

Que tenemos que seguir cuidándonos, seguir aplaudiendo las soluciones y mantener las ganas de que cada año será mejor. Tal como 2021 nos demostró. 

Feliz y sano empezar para todos. 

Bienvenido a mi burbuja ¿Traes contigo una aguja?