martes, 7 de marzo de 2023

A 5 meses sin ti...

...me atrevo a compartir lo que pude escribir cuando me tocó decirte adiós. 

Estar aquí sobrellevando este momento sigue siendo surreal. Pero estar aquí para celebrar tu vida, es lo más coherente que podemos hacer, y que mereces. Si hablamos de merecer, hay muchas cosas que me cuestiono y no sé si en algún momento vaya a encontrarle explicación. Quisiera haberte podido evitar tanto dolor y desafíos, pero fue la forma que también nos demostraste lo valiente y fuerte que siempre fuiste. La persona más luchadora que he tenido la dicha de conocer.

Tu amor fue tan grande, que incluso ni en tus peores momentos, quisiste asustarnos. Toleraste en silencio para no hacernos sufrir, - cuando los que estábamos a tu alrededor, quien no queríamos que sufrieras eras tú. Eso es amor. Y tú has sido la protagonista de un amor bonito, lleno de ocurrencias que ahora quedan en cada de uno de nosotros. 

Nuestra hermana Marylén - que no le gustaba mucho que la llamaran por su nombre - (siempre prefirió que le dijesen “Ñañi”) - era la chispa de nuestra familia. Nos hacía reír con sus payasadas. Siempre estaba pensando en si alguien necesitaba ayuda y aunque, sin ella quizás tener la solución, eso no la frenaba de buscar la forma de cooperar.  

Su amor te lo hacía saber en esa primera llamada de la mañana. En cualquier ayuda que se necesitara para las invitaciones y las decoraciones de los cumpleaños, o cualquiera otra celebración. Su gusto era exquisito y elegante. Era también, la mejor para aconsejarte cual medicina tomar ante un caso de salud. 

Si le decías que te gustaba algo solo por hacer conversación, ella ya lo tenía ordenado por Internet, y daba seguimiento hasta que lo recibieras. Amaba comprar, lo necesario y lo no necesario. Y disfrutaba todo el proceso. De encontrarlo, de comprarlo y esperarlo. 

En estos días que solo puedo denominarlos bajo el término “procesando”, te quiero honrar por todos los roles que son también, los diferentes espejos en que te despedimos. Hija, hermana, sobrina, prima, madre, esposa, amiga. En todos teniendo el referente común de ser incondicional. 

Quiero que sepas que sigues aquí. Te continuaremos viendo a través de la inocencia de Gabriel. En la mirada de Adrián. En la picardía y ocurrencias de María Fernanda. 

Como mencionado a nuestros niños, nos dejaras saber que estas bien a través de los arcoíris, la luna y las estrellas. Me repito a mí misma como consuelo, que el club de bienvenida por el que fuiste recibida es genuinamente magistral. Y aunque aquí en la tierra quedamos incompletos, quienes estan a tu lado en el camino celestial, son sin duda una compañía insuperable. 

No quiero dejar de expresar unas palabras a tu esposo, Janiery. Eres un gran ejemplo del voto matrimonial de en la salud y en la enfermedad. Gracias por entregarte por completo. Si en algo podemos tener paz, es que fue plenamente feliz a tu lado. Desde el inicio hasta el final.  

A papi y mami, no me dan las palabras para poder aliviar este vacío, pero no puedo dejar de agradecer lo afortunados que somos de haberla tenido. Que todo lo que ella nos deja, sea ahora nuestra fortaleza para seguir. Los amamos y seguiré pidiendo que siempre la puedan sentir con ustedes. 

Una de mis frases favoritas, es la que lee lo especial que son las estrellas fugaces. Aquellas maravillosas luces que pasan rápido, pero mientras están, iluminan todo a su alrededor. 

Ñañi, gracias por ser nuestra espectacular estrella fugaz. Tenerte como hermana ha sido un regalo. Siempre seremos 4. Siempre seremos 6. Te amo por siempre y para siempre. 


Bienvenido a mi burbuja ¿Traes contigo una aguja?