miércoles, 19 de agosto de 2009

La burbuja del corazón volcado

No hace muchos días me encontraba discutiendo con un amigo sobre las cosas que nos hacen felices. De manera positiva, nos elogiábamos el uno al otro por saber distinguir la belleza de la alegría que acciones sencillas pueden encerrar. Que jugar Guitar Hero, decorar algunos objetos que consideras especiales; Realizar algún deporte; Pasear por algún lugar que consideres como tu favorito, bailar, comer chocolate, leer e inspeccionar libros - por mencionar algunas labores que acentuaron el listado.

Específicamente tras esa aérea conversación (que sin darnos cuenta se convirtió en una divertida reflexión) tuve la oportunidad de practicar una de las faenas anteriormente mencionadas. Mientras me encontraba en uno de estos súper almacenes comerciales tipo ‘Wal-mart’, una vez más la sección de libros llamó mi atención. Sin ninguna búsqueda literaria determinada, tomé una de las muestras del estante novedoso que, por su original carátula, captó mi curiosidad.

Fue así, que una reflexión ajena agregó valor a la reflexión coloquial que anteriormente mantuve. El escrito se exhibe en la portada del libro “El Sentimiento Negativo”, del publicista español Risto Mejide (mayormente conocido por ser parte del jurado del programa Operación Triunfo).

Letra por letra, sus palabras me fueron cautivando. De una manera muy sensata, el autor comparte la forma en la que la vida le ha demostrado lo que ésta representa y el modo en que sus ojos y experiencias la han sobrellevado.

Tanto me gustó el escrito que lo quise compartir con la burbuja y sus sopladores. Muchas y variadas cosas nos pueden hacer felices a los seres humanos… Creo que en el siguiente texto, encontraremos alguna que otra con la cual identificarnos o por lo menos, una idea a meditar.

La vida no es un camino concreto trazado de felicidad ni mucho menos es perfecta. Sin embargo, es la ruta delimitada por todo lo que nos define y por todo aquello imperfecto que en el momento y lugar adecuado resulta perfecto para nuestra persona.

No subestimes los pequeños momentos. Gracias a ellos los grandes detalles se conforman.

Enjoy it,

...


“Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos. Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea (…)

Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo te regalo un método infalible. Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.

Que un euro se ahorra, y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.

Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de la luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va. Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido.

Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.

Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes. Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas los que no hayas hecho antes de los treinta, ya jamás pasaran de buenos compañeros. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.

Para terminar, y hablado del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al que dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón”.

Risto Mejide

jueves, 6 de agosto de 2009

Lírica Burbujosa

Europa VII

Comienza la desconexión, se acaba el aire y la energía
No queda nadie en el control la nave flota a la deriva
Y yo con melancólica visión repaso ciencia y religión
Señalo el sol por la ventana,
Allí vivía yo



Un diminuto punto azul se pierde en un millón de chispas
Es mi planeta a un día luz y una lección de perspectiva
Y yo muerta de miedo en un rincón pienso en mi civilización
Susurro en el puente de mando que allí vivía yo

Y entonces rompo a llorar y miles de gotitas violan la gravedad
Me quito la bandera de mi traje espacial y escribo en el reverso
Que soy de la humanidad

Según indica el monitor me va quedando menos tiempo
Para sufrir la colisión que me devuelva al firmamento
Y yo escucho el eco de mi voz grabando esta retransmisión
Para que suene en el futuro y sirva la lección

Y entonces rompo a llorar y miles de gotitas violan la gravedad
Me quito la bandera de mi traje espacial y escribo en el reverso
Yo soy de la humanidad la frágil existencia milagrosa y casual
La vida más pequeña vale mil veces más que la nación más grande

Que se invente jamás

Bienvenido a mi burbuja ¿Traes contigo una aguja?