Es curioso como suceden las cosas. Mi día ha iniciado
de una forma que no me esperaba y recibiendo una interacción - que para ser
completamente sincera - jamás pensé que la fuera a recibir.
Si algo he ido aprendiendo con lecciones a la fuerza,
es que las cosas pasan al tiempo en que conviene, y no necesariamente ese
tiempo coincide con el que uno espera.
El incidente me ha
permitido reforzar el dogma de que la acción “tratar” siempre debe de ser
bienvenida… sobretodo si de decir lo bueno se trata.
Ojala que no se quede sólo en tratar. Esperemos decir
lo bueno antes que después.
Si en dado caso no logramos unir nuestro tiempo con
el período en el que conviene, continuemos con siempre tratar.
Recordar que puede llegar un día cualquiera que de
manera inesperada le hagas saber a alguien el afecto que le tienes y lo que le
agradeces. Y puede ser que ese gesto se convierta en lo más bonito que le
sucede a esa persona en hace mucho tiempo.
Be good.