Desde diciembre 2007 me he sentido así y ahora, hace solo unos días, mi buena amiga y colega,
Massiell, compartió conmigo un escrito de su autoría que refleja “nuestra realidad”.
La verdad que no sé si es una realidad buena o mala… pero aseguro que en sus palabras, encontré mi sombra y es probable que el reflejo de muchos.Lo comparto porque muchas veces necesitábamos que otros lo digan por nosotros. Y porque muchas veces, creemos que somos los únicos que sentimos que el mundo se nos viene arriba hasta toparnos con reflexiones como la siguiente y entender que este momento y esta sensación es sólo un paso más del camino.Enjoy it!Adiós universidad, hola vida profesional
Lanzas el birrete y das por terminada una gran etapa en la vida. Muchos decían que si en esa etapa no conseguías una pareja para casarte o a los mejores amigos de tu vida, entonces lo más probable te quedabas solo el resto de tu vida. ¡Dios que esperanza cuando sabes que la universidad es una jungla llena de animales salvajes y hambrientos de la poca comida que hay disponible! Y sobretodo de la única esperanza de aprender a conseguir esa comida que venden en el mercado mundial.
Todos quieren lo mejor que hay. Todos quieren oportunidades de ingreso, y sobretodo oportunidades para lograr desarrollarse en el mercado laboral que más se adecue a lo que está dentro de la descripción del pensum de la carrera que se escogió.
Es difícil, porque cuando sales de la universidad sientes que quieres salvar al mundo con lo que acabas de aprender, porque claro, tienes la cabeza llena de todos los conocimientos literales que muchos de los más destacados profesionales de hoy en tu carrera no tuvieron cuando iniciaron. Tienes una base de dato de errores enorme, y lo mejor es que si tuviste suerte, te tocaron maestros que despertaron en ti esas ganas inmensas de responder a cada interrogante sin que le quede nada a los demás.
Entonces por supuesto, quieres enmendar todo esos errores y si es posible hacer de eso una forma de vida.
Entonces pasan cosas dentro de ti, no te esperabas que después del final de un ciclo, las cosas anduvieran tan lentas. Es que todo en la universidad parece avanzar rápido y pasar solo. No hay tiempo de planificar nada, no hay tiempo de inventar alternativas y planes que resuelvan los conflictos bélicos del medio oriente. Lo único que preocupa la mente es como culminar con ese ciclo, y desde que sales de el, parece que todo se detiene. Y de repente, si es que pudiste conseguir un trabajo mientras estudiabas, solo te queda llegar a casa después de la oficina. Eso que haz visto a tus padres hacer por 20 años, llegar a casa cansados de esa rutina laboral que muchas veces los agobia y tratar de inventar algo para los fines de semana que haga sentir que se rompió el circulo.
Es curioso como todo se detiene justo cuando se siente que las cosas marchan a todo vapor, es que las cosas ya no dependen del ciclo en el que estabas. Ahora las cosas dependen de ti, tienes que averiguar una fórmula que funciones para ti, porque todo lo que habías vivido antes ya estaba probado. Esa manera de llevar a cabo los planes, e incluso los planes que ejecutabas, ya habían sido puestos a tu disposición, pero lo que pasa desde entonces y hasta el final de tus días, depende de ti, de lo que elijas, de los pasos que des y de cómo logres reestructurar tu vida.
Y aunque sigues deseando salvar el mundo y aplicar todos esos conocimientos que tienes, que están frescos en tu cabeza, pareciera que el mundo entero se opone y es ahí donde se hace la diferencia. Es ahí donde la misma condición humana te hace sobresalir entre los demás, y es por lo que los maestros decían que lo importante no estaba en los honores con los que se gradúa un estudiante, sino en como lograr ejercer su profesión, porque para logar tener eso que llaman “éxito” debes lograr reestructurar tu norte mas rápido y con suerte, mejor que los demás, para poder llegar primero y sobreponerte al estancamiento, antes de que sea demasiado tarde.
Massiell Tavárez