No es fácil. Hay muchas miradas que
ignorar, opiniones que descartar y lo más importante, tratar constantemente de no
perder la fe para acordarnos que lo correcto es seguir lo que de verdad quieres
hacer.
Ser un soñador es difícil ante las
sociedades que dictan el modo “general” de vivir. Es ahí cuando se pasa por la
barrera de ser catalogado como un “rebelde”, rompe reglas o mi favorita,
“bohemio”.
Lo que muchos no saben es que va más allá
que ser definido por una palabra. Lo de nosotros, los “locos soñadores” es un
estilo vida. Una forma que recomiendo experimentar cada día más que paso con el
gran regalo de estar viva.
No es fácil. Y por eso me encanta. Tengo
muchas ganas, mucho ya hecho y demasiado que me falta. Mi gran meta es poder
algún día (esperemos que dentro de mucho tiempo) poder mirar para
atrás y decir: misión cumplida; Viví.
El siguiente articulo lo encontré en las
redes sociales. Es preciso, directo y genial. Tal cual la generación que
define.
Enjoy it,
...
48 motivos por los que esta generación no
puede, y de hecho no debe, madurar
¿Qué significa ser una generación que
prefiere tener experiencias en vez de sueldos?
¿Qué significa ser una generación de personas que duermen en los sillones del resto en vez de en su propia casa y que usan su tiempo viajando? ¿Qué significa ser una generación que no tiene trabajos estables y que pasa años saltando de apartamento en apartamento?
Para nuestros padres, y para todos los demás que tienen una opinión, significa que somos dispersos. Significa que muchos de nosotros venimos de familias con padres divorciados y que ahora no podemos madurar. Significa que somos desorganizados, que no tenemos motivación y que no merecemos la etiqueta de “adultos”.
Ellos nos dicen que somos atolondrados y
flojos. Nos dicen que busquemos trabajos estables. Que nos establezcamos. Nos
dicen que dejemos de jugar y crezcamos de una vez por todas.
De lo que no se dan cuenta, es que sí
somos adultos y que nunca maduraremos.
No te dejes engañar, podríamos hacerlo si
quisiéramos; podríamos ponernos un traje y guardar nuestros currículos en
carpetas de cuero y caminar con un maletín y tener responsabilidades sobre
nuestros hombros. Podríamos subir y bajar en ascensores por el resto de
nuestras vidas. Podríamos encadenarnos
a escritorios durante 60 horas de trabajo semanales… Si es que
quisiéramos hacer eso.
Pero decidimos que no queremos. Que
preferimos no encarcelarnos a la rutina de un “día normal”.
Hemos decidido que no queremos pretender
ser felices. Hemos decidido que queremos arriesgarnos al caos y las caídas que
vienen con el negarnos a conformarnos antes que encadenarnos a la idea de una
vida normal.
Preferimos no sentarnos cumpliendo con
las reglas e ideales que se han heredado generación tras generación. Preferimos
utilizar nuestro tiempo según un calendario creado por nosotros mismos.
Preferimos vestirnos como queremos y trabajar para compañías que encontramos
que son importantes para nosotros.
Preferimos pasar meses viajando en vez de
tener días en una nómina de sueldos. Preferimos estar moviéndonos, mezclándonos
y explorando nuevos terrenos e ideas. Preferimos ver el país en el que vivimos
y no solo trabajar para él.
Dado que nos gusta no ser “maduros”, se
siente como que es lo único que estamos haciendo bien.
1. Viajamos por el mundo y no entre
oficinas.
2. Compramos ropas que nos gustan y no la
que nos dicen que es apropiada.
3. Tomamos la iniciativa en vez de
sentarnos sobre nuestros problemas.
4. Perseguimos sueños antes que fechas
límites.
5. Vamos a conciertos antes que a
seminarios.
6. Seguimos a nuestras pasiones antes que
a un cheque estable.
7. Elegimos trabajos y no carreras.
8. Dormimos en hostales en vez de
apartamentos rentados.
9. Aprendemos nuevos idiomas en vez de
interpretar los antiguos.
10. Tomamos oportunidades y no bonos por
trabajar en Navidad.
11. Estamos de fiesta en vez de tomar
partidos.
12. Escalamos montañas y no escaleras
corporativas.
13. Arrendamos antes de encadenarnos a
una hipoteca.
14. Pensamos afuera de lo establecido
antes que trabajar en cubículos.
15. Hacemos nuestra propia comida en vez de
pagar por ello.
16. Trabajamos en la semana y no los
fines de semana.
17. Atravesamos los techos en vez de
mirar por las ventanas.
18. Guardamos momentos en vez de mirar el
reloj para ver la hora.
19. Elegimos la pasión en vez de palmadas
en la espalda.
20. Rompemos nuestros corazones antes que
nuestros votos.
21. Estamos en aviones y no recibiendo
postales.
22. Ofrecemos amistad a personas de otros
países en vez de odiar a nuestros vecinos.
23. Cultivamos nuestra creatividad en vez
de cultivar nuestro jardín podando el pasto.
24. Nos manifestamos contra guerras en
vez de vivir escondidas de rejas.
25. Juntamos experiencias en vez de
polvo.
26. Hacemos arte en vez de estar pintados
en una esquina.
27. Inventamos en vez de ingerir todo lo
que nos dicen.
28. Alzamos nuestra voz en vez de pasar
nuestras vidas sentados.
29. Juntamos momentos y no cosas.
30. Vivimos en el presente y no en el
pasado.
31. Reformamos las leyes en vez de
conformarnos a ellas.
32. Bailamos descalzos en fiestas en vez
de bailar alrededor de los problemas.
33. Tomamos las decisiones en vez de
aceptar las de otros.
34. Vivimos por la historia más que por
la conclusión.
35. Hacemos las cosas con éxito en vez de
exitosamente hacerlo con nuestra secretaria.
36. Desestimamos etiquetas en vez de
vivir bajo ellas.
37. Le damos la bienvenida a los
desconocidos en vez de crear enemigos.
38. Vivimos nuestros días en vez de
esperar que terminen.
39. Comemos comidas nuevas en vez de
seguir las recetas de nuestras madres.
40. Nos preocupamos de nuestros amigos
antes que competir con ellos.
41. Hacemos lo que queremos en vez de lo
que nos dicen que es correcto.
42. Nos casamos con nuestras causas en
vez de casarnos con las personas equivocadas.
43. Ayudamos a los enfermos en vez de
pretender estar enfermos.
44. Encontramos curas en vez de curar
solo el aburrimiento.
45. Lo soportamos todo en vez de
enterrar todo.
46. Escribimos nuestros propios libros en
vez de buscar el final de otros.
47. Conversamos con las personas en vez
de sentarnos a escuchar cómo nos hablan mirándonos en menos.
48. No dormimos tanto tiempo pero soñamos
más en grande.
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