Un Baby Boom se pasea por la alfombra roja regalando a los tabloides nuevas caritas para la primera plana.
Desde antes de nacer, son famosos. La noticia de que sus padres están en espera de agrandar la familia estrella es un hecho notorio estudiado por la colectividad a partir de los nueves meses en que sus cuerpecitos se van formando y hasta… bueno, por el resto de sus vidas.
Lo irónico en la agrupación de “Mini Celebridades” es que para ellos no es nada fuera de lo común el cierre exclusivo de jugueterías para sus visitas, vestir accesorios y diseños originales de marcas como Burberry y Louis Vuitton, además de siempre estar acompañados de hombres grandotes que apodan como guardaespaldas. Dentro de su contexto, el modo de vivir con la “Tía asistente”, miles de “amistosos fotógrafos” que los persiguen en las calles y un castillo en las montañas de Beverly Hills es la condición en que cualquier niño o niña se desarrolla ya que en sí, ese ambiente de farándula es lo único que conocen.
Por su rasgo infantil de la inocencia, papi y mami no son más que esas personas que me abrazan cada diez segundos y me hacen muecas con las que me rió mucho.
Sin embargo, no todo es un premio Oscar. De acuerdo a testimonios de hijos adultos de reconocidas personalidades, a medida en que se va creciendo se nota una esencia incómoda hacia su persona por parte de los demás. “Es hija o hijo de…” representa una frase que por las circunstancias especiales de éstos niños, consecutivamente escucharán. Poder desarrollarse y ser apreciados como individuos es una fortuna que muy pocos de los afortunados logran alcanzar.
Lo positivo de la situación es que por lo menos, la lista actual de los pequeños famosos todavía se encuentra en la etapa de burbujas, donde todo es mágico e ideal. Con edades propias para soñar, en las cuales preocupación y dificultad son palabras jamás conocidas, Suri, Trump Junior, Violet y Shiloh se entretienen junto a todos los demás “colegas” infantes que día a día mamá ganso deposita en el nido de oro de la industria popular.
Al momento, sus sonrisas, sus nombres extravagantes y sus días de juegos en el parque conceden al resto de espectadores visualizar la ternura de la infancia y ¿Por qué no? descubrir otro aspecto de las estrellas que va más allá de un guión: La dicha de ser padres.
Publicado en prensa por la revista Madres en texto de Natalia MQ - 21 Mayo, 2008.
¡Felicidades Mamá!
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