“Me enorgullece demostrar que una institución de belleza no se basa en la superficialidad”.
Viajes, amor, belleza y felicidad son los elementos fundamentales que día a día son acogidos por la alegre personalidad de Anne Laure.
Con risas que representan la alegría, una mirada iluminada de conocimientos y un acento pícaro del extranjero que mezcla la diversidad de los idiomas, Anne Laure Delay se presenta como una mujer exitosa que logra balancear una vida satisfactoria dedicada a su profesión.
De acuerdo a la posición que ejerce desde hace más de una década para la línea de belleza “Ingrid Millet”, la joven francesa de treinta y cuatro años de edad desempeña el papel de agente instructora para los distribuidores internacionales de la empresa cosmética.
Más allá del cargo oficial de entrenadora, percibe su compromiso como un espacio abierto a desarrollar múltiples disciplinas. Reuniones con representantes, seminarios para especialistas e innovaciones de tratamientos faciales y corporales son tan sólo ejemplos en minoría de las responsabilidades que en su nombre desenvuelve.
“Es lo maravilloso de mi trabajo” – subraya con diversión – “…la variedad que difunde”. Con una sonrisa que encierra la ingenuidad de un niño, continua la explicación. “Me permite aprender a descubrir a través de los científicos como también me impulsa a intercambiar consejos estéticos con las amigas”.
De modo objetivo, no le sorprende que su paso profesional fuese encaminado a la belleza. “Sin haberla tratado de cerca, la industria siempre me interesó”. Según recuerda, el instante que marcó su motivación descansa en su época de estudiante. Mientras tomaba cursos para perfeccionar el inglés, Anne Laure se encontraba recorriendo varias ciudades de Estados Unidos. Fue entonces que a través de un paseo turístico, percibió un centro de belleza especializado, propiedad de una señora que al igual que ella, era de origen francés.
Expresa que tras conversar y enfatizar en los elementos del lugar con los que se identificó, finalizó los estudios bilingües y egresó a realizar su formación como especialista de belleza.
Al presente, cuando ya su labor es parte su vida y no divisa una separación, Delay centra sus pensamientos en el significado abierto de la belleza. Sin importar que desarrolle una repetición de la palabra que encierra las características necesarias para infundir agrado a los demás, considera que el nivel más alto de hermosura se adquiere a través de la felicidad. “Valerse de una autoestima positiva, de una seguridad en sí mismo es el mejor camino de sentir la belleza”. Añade que como bien comenta la colectividad, la belleza es un estado que se refleja desde el interior del espíritu hasta llegar al exterior del físico mediante el cual se manifiesta a los demás la esencia de beldad.
En cuanto a la belleza enlazada a su trabajo, resalta de modo particular el despliegue de las relaciones humanas. Utilizando el concepto de “la oportunidad de dar oportunidad” entiende que su quehacer amerita conocer a seres y mentes humanas tan maravillosos que se valen de un talento innato. “Ser parte de las circunstancias e intercambiar conocimientos llenos de pasión relativos a la temática profesional es un aspecto sobresaliente que me causa una grata satisfacción”.
Por igual, otra de las grandes características de su rutina se basa en la proporción de sellar constantemente su pasaporte y mantener una estrecha relación con el transporte tipo aéreo. Viajar alrededor del mundo para estar al tanto del contexto laboral de los distribuidores como también, evaluar los procesos naturales de la línea, permiten a la joven Delay experimentar nuevos lugares y sus culturas. “Soy una persona sumamente curiosa y me intereso mucho en los detalles que tras análisis, pueden hacer la diferencia. Me relaciono con la cultura de cada país, en el modo que cada cual percibe la belleza ”. En este aspecto, ejemplifica con el caso del continente asiático en el cual se utiliza con mayor preponderancia los tratamientos corporales, factor contrario a su nación europea, en el cual predomina el interés hacia métodos faciales.
En referencia a la República Dominicana, Anne Laure mantiene una conexión continua con los representantes de la marca – la empresa Doalfa y Virginia’s Spa – a los cuales identifican como miembros importantes de la gran familia Millet.
Fuera de la cotidiana agenda internacional, la joven parisina disfruta de los pasatiempos que apellida como “los usuales”. Afirma que al igual que como cualquier individuo, disfruta compartir una buena película junto a su esposo, como a su vez, le gusta participar en actos culturales tales como ir al teatro y exposiciones en museos.
Para finalizar, la incógnita que no se puede obviar al estar al lado de una conocedora de la cosmética, ¿Cuál es el mejor consejo de belleza? Distinguir lo hermoso de las cosas simples para lograr captar el círculo continuo de inspiración de la vida y todo su semblante._
Publicado en prensa por la revista Ritmo Social en texto de Natalia MQ - 3 de Mayo, 2008.
Viajes, amor, belleza y felicidad son los elementos fundamentales que día a día son acogidos por la alegre personalidad de Anne Laure.
Con risas que representan la alegría, una mirada iluminada de conocimientos y un acento pícaro del extranjero que mezcla la diversidad de los idiomas, Anne Laure Delay se presenta como una mujer exitosa que logra balancear una vida satisfactoria dedicada a su profesión.
De acuerdo a la posición que ejerce desde hace más de una década para la línea de belleza “Ingrid Millet”, la joven francesa de treinta y cuatro años de edad desempeña el papel de agente instructora para los distribuidores internacionales de la empresa cosmética.
Más allá del cargo oficial de entrenadora, percibe su compromiso como un espacio abierto a desarrollar múltiples disciplinas. Reuniones con representantes, seminarios para especialistas e innovaciones de tratamientos faciales y corporales son tan sólo ejemplos en minoría de las responsabilidades que en su nombre desenvuelve.
“Es lo maravilloso de mi trabajo” – subraya con diversión – “…la variedad que difunde”. Con una sonrisa que encierra la ingenuidad de un niño, continua la explicación. “Me permite aprender a descubrir a través de los científicos como también me impulsa a intercambiar consejos estéticos con las amigas”.
De modo objetivo, no le sorprende que su paso profesional fuese encaminado a la belleza. “Sin haberla tratado de cerca, la industria siempre me interesó”. Según recuerda, el instante que marcó su motivación descansa en su época de estudiante. Mientras tomaba cursos para perfeccionar el inglés, Anne Laure se encontraba recorriendo varias ciudades de Estados Unidos. Fue entonces que a través de un paseo turístico, percibió un centro de belleza especializado, propiedad de una señora que al igual que ella, era de origen francés.
Expresa que tras conversar y enfatizar en los elementos del lugar con los que se identificó, finalizó los estudios bilingües y egresó a realizar su formación como especialista de belleza.
Al presente, cuando ya su labor es parte su vida y no divisa una separación, Delay centra sus pensamientos en el significado abierto de la belleza. Sin importar que desarrolle una repetición de la palabra que encierra las características necesarias para infundir agrado a los demás, considera que el nivel más alto de hermosura se adquiere a través de la felicidad. “Valerse de una autoestima positiva, de una seguridad en sí mismo es el mejor camino de sentir la belleza”. Añade que como bien comenta la colectividad, la belleza es un estado que se refleja desde el interior del espíritu hasta llegar al exterior del físico mediante el cual se manifiesta a los demás la esencia de beldad.
En cuanto a la belleza enlazada a su trabajo, resalta de modo particular el despliegue de las relaciones humanas. Utilizando el concepto de “la oportunidad de dar oportunidad” entiende que su quehacer amerita conocer a seres y mentes humanas tan maravillosos que se valen de un talento innato. “Ser parte de las circunstancias e intercambiar conocimientos llenos de pasión relativos a la temática profesional es un aspecto sobresaliente que me causa una grata satisfacción”.
Por igual, otra de las grandes características de su rutina se basa en la proporción de sellar constantemente su pasaporte y mantener una estrecha relación con el transporte tipo aéreo. Viajar alrededor del mundo para estar al tanto del contexto laboral de los distribuidores como también, evaluar los procesos naturales de la línea, permiten a la joven Delay experimentar nuevos lugares y sus culturas. “Soy una persona sumamente curiosa y me intereso mucho en los detalles que tras análisis, pueden hacer la diferencia. Me relaciono con la cultura de cada país, en el modo que cada cual percibe la belleza ”. En este aspecto, ejemplifica con el caso del continente asiático en el cual se utiliza con mayor preponderancia los tratamientos corporales, factor contrario a su nación europea, en el cual predomina el interés hacia métodos faciales.
En referencia a la República Dominicana, Anne Laure mantiene una conexión continua con los representantes de la marca – la empresa Doalfa y Virginia’s Spa – a los cuales identifican como miembros importantes de la gran familia Millet.
Fuera de la cotidiana agenda internacional, la joven parisina disfruta de los pasatiempos que apellida como “los usuales”. Afirma que al igual que como cualquier individuo, disfruta compartir una buena película junto a su esposo, como a su vez, le gusta participar en actos culturales tales como ir al teatro y exposiciones en museos.
Para finalizar, la incógnita que no se puede obviar al estar al lado de una conocedora de la cosmética, ¿Cuál es el mejor consejo de belleza? Distinguir lo hermoso de las cosas simples para lograr captar el círculo continuo de inspiración de la vida y todo su semblante._
Publicado en prensa por la revista Ritmo Social en texto de Natalia MQ - 3 de Mayo, 2008.
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